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Ahí es cuando comenzamos a divagar: nos levantamos, hacemos una llamada, respondemos correos electrónicos, miramos a través de la ventana, nos sentamos, ensayamos una frase, pensamos que nos ha quedado bien, pero no sabemos cómo hilar lo que sigue: todo va a la papelera de reciclaje, física o virtual. Entonces retomamos la lectura en busca de algo que nos sirva, de una señal que nos indique el camino; retomamos la escritura, y así continuamos por largo tiempo hasta darnos cuenta de que sólo llevamos una o dos páginas (quizás inconexas) y que aún no hemos logrado abordar, y menos aún, desarrollar el tema que nos habíamos propuesto. (Sánchez, 2011, pp. 29-30)

Cualquiera que se ha sentado a escribir un texto que aspira a ser parte de una tesis, sabe que no es sencillo. No sólo es complicado lograr que las ideas se viertan en palabras, también nos preocupa que la manera en que lo hacemos sea comprensible para los lectores, y que vaya acorde con lo que se espera de nosotros. Nos preocupa lo que va a pensar nuestro asesor cuando lea lo que hemos escrito, y sobre todo nos preocupa que el producto final sea lo suficientemente bueno como para titularnos. Escribir es siempre difícil pues implica dejar constancia de lo que hemos pensado, y eso requiere un poco de valentía.

Sin embargo, a pesar de lo complicada que pueda resultar la tarea, la mejor manera de incrementar nuestras destrezas como escritores es, precisamente, escribiendo. Es necesario vencer el miedo, y para ello tenemos que escribir bastante, muchas de ellas cosas que no serán parte de la versión final de la tesis, pero que nos permitirán ejercitarnos, y lograr que las palabras fluyan cada vez mejor. Cuando nos ha costado tanto escribir un poco, sentimos que esas pocas líneas son un tesoro. Sin embargo, no todo lo que escribimos es para compartirse. Paula Carlino (2006), hace referencia a una escritura privada y una pública. La privada no requiere formalismos, es solo para nosotros, y nos permitirá ejercitarnos, poner nuestras ideas en orden. De este modo, cuando nos aboquemos a la escritura pública (la que le daremos a leer a nuestro asesor y que aspira a integrarse nuestra versión final de la tesis) el proceso será más sencillo, menos doloroso.

Una vez concentrados en la tarea de escribir, es necesario tomar en cuenta que el proceso de escritura consta de tres etapas: la planificación, la escritura y la corrección o reescritura (Cassany, 2006). Ni el más experto de los escritores escribe bien a la primera. Primero es necesario saber qué queremos decir. Y una vez que hemos escrito, siempre será necesario releer para asegurarnos de que elegimos las palabras adecuadas, de que la sintaxis es correcta, que el párrafo está bien estructurado, de que el mensaje que queremos transmitir esté plasmado en lo que hemos escrito, etc.

Vamos a verlo paso a paso (Sánchez, 2011, p. 32):

  • Planificación: Para cualquier texto, este paso requiere seleccionar el tema, establecer la intención comunicativa, definir el público y el objetivo del texto. En el caso de la tesis esto ya está definido, pero es necesario tenerlo en mente en la planificación. Escribimos para el asesor, para los lectores y sinodales, pero también para cualquier persona que, en un futuro, desee información sobre el tema que estudiamos, especialmente aquellos que pertenecen a nuestra disciplina. El fin último de la escritura será obtener el título, diploma o grado, pero también hacer una aportación (de acuerdo a nuestro nivel de estudios) al campo del conocimiento que hemos elegido. Adicionalmente, en la planificación debemos reunir y tener a mano la información que nos va a ayudar a sustentar nuestras ideas, definir la idea principal del texto que vamos a crear, generar ideas complementarias y hacer un esquema o mapa conceptual de ellas.
  • Escritura o producción: En este paso se elabora un primer borrador, se revisa, y se escribe un segundo borrador.
  • Reescritura: Se revisa la sintaxis y el estilo, se corrigen errores ortográficos y de estilo, corrigen aspectos textuales, y se construye la versión final.

Otro aspecto importante a considerar es que la escritura debe ser sencilla, pues de este modo es más factible que la idea que queremos trasmitir sea captada por el lector. De acuerdo con Linsay, Poindron y Morales (2011, p. 19), las tres características más importantes de la redacción científica son: claridad, precisión y concisión. Los autores recomiendan utilizar siempre un lenguaje sencillo, evitando los tecnicismos para que pueda ser comprendido por cualquier lector. Al respecto, Sánchez (2011, pp. 29) apunta:

Es fácil enturbiar o desviar el objetivo del manuscrito (o no tenerlo), redactar frases enrevesadas (quizás postmodernas y deliberativas en toda su potencia), construir párrafos como muros infranqueables que ni el más entrenado lector podría escalar, ocultar la idea principal casi hasta hacerla desaparecer del texto, utilizar palabras por tanteo, dar rodeos interminables, tergiversar, recurrir a verbos comodines que sirven para todo, utilizar el tono inadecuado, no cumplir con las convenciones que nos exige el género (porque no se escriben de la misma manera un ensayo, un informe, un resumen, un artículo...), ser ambiguos, no pensar en el lector, no tener en cuenta los criterios de textualidad […]. Todas esas posibilidades emergen a la manera de fantasmas, velos y sombras cuando nos disponemos a escribir, y se convierten en bloqueos que enmudecen la mente, paralizan la mano y transfiguran la página en blanco o a la pantalla del computador en un interminable desierto por atravesar.

Alexánder Arbey Sánchez en su Manual de redacción académica e investigativa identifica algunos de los principales problema que se cometen al escribir textos de esa naturaleza (Sánchez, 2011, p. 14):

  • Titulación poco clara
  • Inadecuada organización-estructura del resumen
  • Ausencia o exceso de palabras clave o que no cumplen dicha función
  • Falta de estructura y documentación en la introducción
  • Pobre discusión de los resultados
  • Deficiente redacción de las conclusiones
  • Estructura poco ajustada a las convenciones de los géneros académicos e investigativos
  • Desconocimiento de las normas de citación y de los usos retóricos del discurso referido (citas injustificadas, desactualizadas, citación acumulativa)
  • No seguir las convenciones académicas ni las normas de las revistas.
  • Inconsistencias ortográficas y ortotipográficas (de estilo editorial)

Tener a mano un manual de redacción será muy útil, pues nos permitirá consultar las dudas que vayan surgiendo en el proceso. A continuación presentamos una lista de textos y enlaces que pueden ayudarnos con los aspectos lingüísticos de la escritura académica.

Bibliografía recomendada

  • - Anthony Weston (2007) Claves de la argumentación (13ª edición) Ariel: Barcelona. http://fundacionmerced.org/bibliotecadigital/wp-content/uploads/2013/05/las-claves-de-la-argumentacion-corregido.pdf
  • - Harry F. Wolcott (2003) Mejorar la escritura de la investigación cualitativa Editorial Universidad de Antioquia: Medellín, Colombia.
  • - Mireya Cisneros Estupiñán y Giohanny Olave Arias (2014) Redacción y publicación de artículos científicos. Enfoque discursivo. Ecoe Ediciones: Bogotá, Colombia.
  • - Silvia Ramírez Gelbes (2013) Cómo redacta un paper. La escritura de artículos científicos. Noveduc: Argentina.
  • - Daniel Brilovsky y Ángela Menchón (2014) Estrategias de escritura en la formación. La experiencia de enseña escribiendo. Noveduc: Argentina.
  • - Diccionario panhispánico de dudas
      Real Academia Española
      2015, RAE, http://www.rae.es/

Referencias

Carlino, P. (2006). La escritura en la investigación. En Documentos de trabajo, Buenos Aires, Argentina: Universidad de San Andrés. Cassany, D. (2007). La cocina de la escritura (14ª ed.). Barcelona: Anagrama. Lindsay, D., Pindron, P y Morales, T. (2011). Guía de redacción científica. De la investigación a las palabras. México: Trillas. Sánchez, A. (2011). Manual de redacción académica e investigativa: cómo escribir, evaluar y publicar artículos. Medellín, Colombia: Católica del Norte Fundación Universitaria. Consultado en: http://www.ucn.edu.co/institucion/sala-prensa/Documents/manual-de-redaccion-mayo-05-2011.pdf

Elaborado por: AEL